jueves, 6 de enero de 2011

Revista Vamos los Pibes Nº 4



Cuando los hombres comunes, como yo, observamos a quienes nos gobiernan en medio de éxitos y victorias fácilmente cuestionables, y los vemos tolerar la impugnación o la desestimación lisa y llana de una ley votada el 17 de marzo de 2010 en la cámara de senadores de la ciudad de La Plata, nos preguntamos:
¿Cuál es la mejor forma de luchar por nuestros intereses?
Y aquí me refiero puntualmente a la ley de expropiación presentada como proyecto D- 1149/09-10, con la que la Asamblea jamás estuvo de acuerdo y por la que se movilizó hasta la ciudad de La Plata para intentar evitar su aprobación. Esa ley jamás fue promulgada por el gobernador de la provincia de Bs As, Daniel Scioli, medida que al menos lo colocó en otro plano del negociado Dipaolo-Curto, pero que si la autoridad, que él representa, no profundiza en la investigación del cuestionable traspaso de tierras del estado a manos privadas, nos deja como al principio del conflicto: con Dipaolo como el principal usurpador del bosque Dagmar Hagelin y enemigo de los intereses del pueblo de Villa Bosch, y al intendente al margen del conflicto.
Ni una cosa ni la otra. Sólo aceptamos la verdad.
La investigación sobre la compra- venta de ese terreno y la clarificación de la posición de Metrovías sobre el “alquiler” de los otros terrenos que forman el predio, es imprescindible para seguir adelante con el único proyecto viable para el bosque Dagmar Hagelin, el proyecto consensuado por los vecinos integrantes de la AVB.
Los vecinos queremos cuentas claras y saber de qué se trata esta vez, sin tener que esperar otros doscientos años para dilucidar el principio real del conflicto, y además de eso pretendemos que la gestión de gobierno se note más allá de la frágil ostentación de las propias riquezas, o del poder que han sabido acumular durante tantos años de mandato continuo.
No pretendo emular a Dion Proseo con una carta digna de superar una victoria efímera, pero también, como él, siento el deber de censurar al estado, públicamente y desde esta revista:

La forma en la que el gobierno ha actuado durante el conflicto por el muro construido por el señor Dipaolo durante los meses de enero/febrero de 2010, ha revelado incompetencia en la gestión y serias dudas con respecto a posibles connivencias. Y, fundamentalmente, la gente ha dejado de confiar en que el cemento, con el cual se tapó y pretenden tapar las fallas garrafales de la gestión, sea la mejor solución a los problemas sociales y económicos que tiene el partido.
Hubiese preferido comenzar este año con otro contenido, pero mi ojos no le han permitido a mi conciencia descansar siquiera para este número.
Por ese motivo y desde estas páginas volvemos a exigir la caída del muro que construyó el señor Jorge Dipaolo, y a expresar nuestro absoluto repudio a la instalación del gimnasio Corpo en el bosque Dagmar Hagelin.





















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